jueves, 19 de marzo de 2009

Novedades: Tom of Finland XXL

tom of finland

En 1998 TASCHEN introdujo por primera vez en el mundo la majestuosa obra de Touko Laaksonen con el libro The Art of Pleasure. Laaksonen, conocido popularmente como Tom of Finland, disfrutaba de gran éxito y era un artista de culto entre la comunidad gay internacional pero se mantenía desconocido para la gran audiencia. The Art of Pleasure le otorgó el reconocimiento que se merecía y además incrementó sus seguidores de una manera casi exponencial; ahora con Tom of Finland XXL ocupará un lugar por siempre en el reino de las bellas artes.

1000 imágenes, un formato excepcional: 29 por 40.5cm, y 704 páginas, Tom of Finland XXL recorre 6 décadas de la carrera del artista. Las obras se han reunido a través de diferentes colecciones de EE.UU y Europa y, gracias a la ayuda de la Fundación Tom of Finland se han podido incluir una gran cantidad de dibujos, bocetos y pinturas hasta ahora inéditos. Otras imágenes, que sólo se habían mostrado fuera del contexto editorial, se presentan por primera vez en el orden secuencial en el que Tom lo había previsto para una mejor apreciación artística y un mayor impacto erótico. Este elegante volumen de gran tamaño permite admirar la variedad de su talento: desde sus retratos más sensibles a las ilustraciones sexuales más francas y explícitas, pero también capta y rinde tributo a todos esos jóvenes golpeados por la epidemia del SIDA.

Completando esta edición de coleccionista se incluyen ocho ensayos muy especiales sobre el impacto de Tom of Finland a nivel personal y social, realizados por Camille Paglia, John Waters, Armistead Maupin, Todd Oldham, y muchos otros, además de un análisis sobre sus dibujos escolares realizado por el historiador del arte Edward Lucie-Smith. Para los hombres, o las mujeres, que piensan que lo grande siempre es mejor, Tom of Finland XXL realmente les va a encantar.

sábado, 14 de marzo de 2009

Relato Erótico: Esas palabras

• “¿Te gustaría correrte en mi cara?”

Esas palabras (y no otras como: “¿te importaría dejarme? Estoy hablando con mi amiga!”) fueron las que esa señora de cincuenta y tantos años con las tetas mejor puestas de todo el bar me susurró al oído cuando le pregunté por su nombre.

Algo le pasa a los hombres cuando se encuentran con respuestas que no esperan, cuando les rompen los esquemas. Aparece un sistema de defensa que te bloquea, que te hace retraerte a posiciones más seguras, esperando el siguiente movimiento del adversario. Un movimiento que te de más pistas sobre las verdaderas intenciones de tu oponente…
Di un pequeño paso atrás. Casi imperceptible.

• “Si te da miedo se lo pediré a tu amigo”

Esas palabras me las dijo desde muy cerca. Demasiado cerca. Sus pezones erectos me arañaban en el pecho, mordió suavemente el lóbulo de mi oreja y con una discreción inquietante, me agarró con fuerza la polla.

Su amiga se giró y se fue.

Mi amigo se giró y se fue.

La agarre del pelo con furia y la miré a los ojos…

• “Vámonos al váter, guarra! después de correrme en tu cara a lo mejor me entran ganas de mearte.”

Esas palabras eran un salto al vacío. Un salto que dí con los ojos cerrados.

No quería follármela. A ella tampoco le apetecía esa noche tener una picha desconocida dentro de si. Solo quería saberse dueña de la situación.

Cuando me tuvo en el retrete se tiró de rodillas al suelo y me bajó los pantalones. Era de ese tipo de chicas que te apartan los huevos para lamerte el ojete. Me metió la lengua muy adentro. Me sentí violado, inútil, pero entre el chapoteo de los orines del suelo aquella perrilla me estaba haciendo sentir como el objeto inútil que siempre había implorado ser. En ese momento me metió un dedo en el culo. No volvió a salir de allí hasta que obtuvo lo que quiso.

Me escupió en el glande. No fue un salivazo limpio para lubricar la paja que me estaba haciendo. Fue un gargajo con flema verde y marrón, de esos que tienen tropezones duros e hilillos de sangre. Me lo untó por toda la polla. Empecé a sentir esa sensación de humedad caliente, de coño empapado exprimiéndome a conciencia.

Me acordé de esas veces que metía el tarro de mermelada de fresa en el microondas, cerraba los ojos y se la metía con cuidado, mientras pensaba en aquel primer coñito que penetré, el de mi vecina de arriba en el verano de octavo.

Le cogí las tetas muy fuerte, para hacerle daño, pero ella no paraba de pajearme. Tenía un ritmo frenético y sus ojos estaban como idos. Entonces se la metió en la boca y empezó a succionar tan fuerte que se me hundieron los ojos. No podía aguantar más, la agarré del pelo y tiré de la cabeza hacia atrás. Unas oleadas de calor me empezaron a invadir, mi culo empezó a tener contracciones y su dedo salvaje en mi interior se clavó buscando el final de mis tripas.

Los espasmos vinieron acompañados de una serie de descargas incontenibles que empezaron a dibujar en su cara caóticos trazos. Primero le rellené la cuenca del ojo derecho, luego le puse bigote y los chorros que le caían por la barbilla los recogió con la mano para restregárselos por la cara y por el cuello.

Me tuve que apoyar en la pared, el corazón me saltaba en el pecho y la respiración empezó a faltarme.

Ella se levantó. Se pasó la lengua por los labios rebañando su premio y me miró a los ojos.

• “¿No sabes que esto rejuvenece?”

Esas palabras, ella sabía que no eran ciertas del todo.

El esperma no te deja el cutis más joven, pero si violas a un chico de vez en cuando en el váter de un bar, sabe Dios que te sientes más joven…


Kepa

miércoles, 4 de marzo de 2009

Reseña: Playboy Gold especial Luchadoras



El número 152 de la revista Playboy en su edición Gold está dedicado a las Divas de la WWE, es decir, podremos disfrutar de desnudos integrales de Maria Kanellis (Chica de Portada) y de Candice Michelle, Torry Wilson, Ashley Massaro y Sable.

Además, el número se comoplementa con otras modelos como las chicas de Hooters o las trillizas de Satterfield.


Un número que los amantes del Wrestling o la Lucha Libre no deben dejar pasar.



Maria KanellisTorry Wilson y SableCandice MichelleAshley Massaro