domingo, 18 de julio de 2010

'Bagdad', 35 años de la meca del porno español

 
 
Serpientes que se sumergen en lugares prohibidos, vaginas mágicas, penes que disparan flechas, porno, erotismo... Barcelona es conocida mundialmente por la Sagrada Familia, por la Pedrera y, por qué no decirlo, también por la decana sala Bagdad, uno de los templos del porno en vivo en nuestro país y referencia en Europa. 
 
Icono de la España de charanga y pandereta de los 50 y 60, mientras el dictador agonizaba en la cama de un hospital, el Bagdad se transformó en una sala de espectáculos de variedades, convirtiéndose en un lugar mítico y clave para entender los cambios de mentalidad que se produjeron en la sociedad a partir de la muerte de Franco. Desde entonces, por su escenario, situado en pleno barrio chino, donde prostitutas, chaperos, travestis y yonkis hicieron del viejo Raval un pequeño Hamburgo, ha pasado lo más granado del porno mundial, como Rocco Siffredi o Cicciolina.
Juani de Lucía, alma máter de la sala, recuerda los inicios. «Hacíamos espectáculos de sexo explícito y estos shows tuvieron una gran acogida; las colas para entrar a verlos daban la vuelta a la manzana, las filas de personas eran interminables», rememora la propietaria.
 
Su éxito reside en que la gente salga «impresionada». Y de esta forma y no de otra abandonaban los clientes el local tras ver a Kumar, fakir que trabajó durante 14 años en el Bagdad, y que en su actuación se colgaba en su pene una campana de 30 kilos. «Para conseguirlo se lo atravesaba con un estilete y se colgaba la campana», apunta Juani. Otro de los más recordados es Holly One, un hombre que medía un metro de altura y al que le apodaban 3 piernas (no es preciso explicar por qué). «Actuaba siempre con chicas impresionantes, pero siempre exigía que midieran más de 1,75 metros», señala De Lucía. 
 
Baby Pin Up es una de las míticas que sigue hoy en día sorprendiendo por sus curiosidades. Acróbata vaginal, se saca de su órgano sexual 150 metros de perlas, 200 metros de banderas, enciende bombillas y expulsa agua con su vagina. «Tiene una vulva mágica, hasta escribe, firma autógrafos y dibuja con ella», dice Juani, que añade que otra de las claves del éxito del Bagdad se encuentra en la complicidad con los espectadores. «Solicitamos muy a menudo la colaboración del público», mantiene. De ahí el papel estelar que Lita Lara juega en el pequeño mundo del local. «Gran vedette de revistas, recicló sus shows y aún ostenta el récord de 22 clientes juntos en el escenario, todos desnudos a la vez para efectuarles una felación». En cualquier caso, De Lucía cree que el personaje más representativo de los 35 años de historia del local ha sido Nacho Vidal. Actor porno de éxito internacional, el barcelonés se inició en el género en la sala de Nou de la Rambla, esquina Paralelo. 
 
 
Más mujeres en el público
Desde el Bagdad ven que el sector del porno ha cambiado un mundo en 35 años. «Antes la gente no había visto nunca un espectáculo de sexo en vivo, y hoy en día por internet y en cualquier lugar, encuentras de todo». Pese a ello, creen que los espectáculos en vivo «no morirán nunca». «Hay que reciclarse y presentarlos de forma distinta». Entre estos cambios, según De Lucía, está el papel de la mujer en el negocio. «Antes no tenía ni voz ni voto y hoy en día es una parte importante del público que hay que tener en cuenta al presentar un espectáculo. Tenemos que cuidar mucho la puesta en escena». De ahí la necesidad de que además de sorprender, los personajes sean mediáticos. Como el televisivo Dinio, que trabaja de pareja porno con su novia Miss Ourense; su hermano gemelo Rafa; Sabrina, la argentina con los mayores pechos del mundo; o Carmen Snake, que realiza su espectáculo con dos grandes serpientes pitón. Siempre lo mejor del mercado, subraya De Lucía, porque como ella dice «el Bagdad es la cuna, la madre... si para un futbolista su meta es jugar en el Barça, para el que se dedica al sexo y al erotismo, esa meta está en el Bagdad». Por eso son ambiciosos: prevén abrir una sucursal en Madrid, crear un canal de televisión propio y protagonizar un docushow en la cadena Cuatro para que la meca del porno siga estando en Bagdad.